Clase con Osvaldo Zotto
Uno de mis grandes Maestros fue Osvaldo Zotto. Más allá de pasos y técnicas, hay dos cosas que son fundamentales para disfrutar y hacer disfrutar del Tango:
- La improvisación
- La personalidad
¿Te gustaría que tu tango te identifique? Si así lo deseas, los pasos no deberían ser tu prioridad a la hora de bailar. Ya que, realmente, los pasos en el tango deberían ser una consecuencia de las emociones que se sienten y que se quieren compartir al caminar con la pareja de baile.
La improvisación
Para disfrutar y hacer disfrutar del tango, es importante la capacidad de improvisación. Improvisar no es lo mismo que enlazar pasos aprendidos, sin más, sin saber a dónde ir, ni cómo, ni porqué. Se trata de sentir o, al menos, escuchar ya sea la melodía general, la letra, algunos de los arreglos, algún instrumento en particular o los latidos del corazón del acompañante. Se trata de emocionarse. Ahí es donde tenemos una gran fuente de inspiración para la creatividad.
Lógicamente, los pasos y la técnica son los recursos principales para poder expresar eso que sentimos. Son recursos, para poder dibujar aquello que nos inspira lo que estamos escuchando, pero como una consecuencia de lo que deseamos transmitir.
Sin duda, los pasos son un medio para expresar, y por eso en mis clases hay un tiempo considerable dedicado a la técnica de pasos y recursos. Eso no significa que sean los pasos lo que nos mueva a bailar, sino las emociones. Conoce tu cuerpo y deja que los pasos sean solo el vehículo.
La personalidad
Hablamos de milonguear, no de escenario. En ese supuesto, dos parejas diferentes, haciendo idénticos pasos, no tienen porqué verse iguales. Ahí es dónde se disfruta del otro aspecto básico que mencionaba al comienzo. Se trata de la personalidad. Hablamos del caminar.
El caminar es la propia identidad del que baila. Ahí está su vida. Sus miedos. Sus pasiones. Su carácter. Su sensibilidad… Ahí está todo aquello que el milonguero o la milonguera quiera mostrar.
Para poder descubrir nuestro propio caminar, nuestra propia personalidad al bailar, te sugiero una reflexión:
¿Para qué bailo yo? Al menos hoy. Al menos en esta tanda. ¿Qué quiero recibir, entregar, vivir o expresar en este baile?
Esta reflexión es importante porque respondiéndola, tomamos consciencia de nosotros mismos, de lo que deseamos compartir en nuestro abrazo, y abrimos nuestros sentidos para sentir lo que necesita y captar la expresividad de nuestra pareja de baile. Así, compartiremos y expresaremos nuestro baile.
Les dejo un vídeo, que es un fragmento de una de las clases que dí con Osvaldo Zotto, en la ciudad de Córdoba (Argentina) en el año 1998. El objetivo de esta secuencia era solo mostrar el caminar de la pareja. Me gusta este vídeo porque puede notarse lo importante que es imprimir nuestra personalidad al baile. Fíjense que tanto Osvaldo como yo, solo caminamos. Prácticamente no hacemos pasos ni adornos.